Quiénes somos
M. Pilar Prieto

Mª Dolores Prieto Vidal, que después tomaría el nombre de Madre Pilar, nació el 30 de abril de 1863 en Granada.

A los 23 años tiene un encuentro con Cristo que le haría dedicarse al servicio de Dios y de los hermanos, y así, entra en el noviciado de las “Hijas de Cristo Rey”, llegando a ser superiora del Colegio de Sevilla y fundadora del de Madrid.

Supo por el Cardenal Ceferino González, O.P. que el P. Cueto iba a ser nombrado Obispo de Canarias y buscó la forma de sumarse a la tarea apostólica de Las Islas. Llega a Las Palmas el 22 de noviembre de 1891 con el P. Cueto, ya Obispo de Canarias, para fundar un colegio de enseñanza femenino, atendiendo así a las necesidades del momento.

La M. Pilar busca nuevos caminos, un nuevo estilo de vida, encontrando en el P. Cueto el apoyo necesario para poner las bases de una nueva obra y así, en junio de 1895, un grupo de las Hijas de Cristo Rey, las que lo desean, reciben el hábito de Santo Domingo de Guzmán de manos del P. Cueto en la Parroquia de Santo Domingo de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, naciendo de esta forma las “Dominicas de la Enseñanza de Canarias”.

“Yo estoy cada vez más convencida que la regeneración social ha de empezar por la mujer”, afirmaba la M. Pilar como fruto de su experiencia, de su afán de búsqueda personal, de la firme convicción de la importancia del papel de la mujer en la sociedad, a todos los niveles. Nos deja entrever no sólo su intuición y personalidad sino su capacidad para descubrir y dar respuesta a las necesidades de su tiempo.

Como mujer afrontó el trabajo duro, los viajes difíciles en una época de escasas y deficientes comunicaciones- viajes a Gran Canaria, fundación en Tenerife y La Palma-, afrontó la soledad de fuertes decisiones – nueva Congregación, nuevos colegios…- Exigía a cuantos la rodeaban lo que ella misma daba, una entrega “al máximo”.

Como Dominica, intentó responder a las necesidades de su entorno, ofreciendo una “Educación cristiana, preferentemente a la juventud”; Un carisma específico, encuadrado en el lema VERITAS, de la Orden de Predicadores, la verdad por encima de todo, y el Estudio, prepararse a fondo para servir mejor. Y envía ya en aquella época a un grupo de hermanas a estudiar idiomas a Inglaterra y Corte y Confección a París.

Su finalidad: ofertar un camino de realización personal a la mujer, a través de una formación humana y cristiana a todos los niveles.

La M. Pilar, mujer de carácter fuerte y personalidad decidida, de espíritu siempre inquieto, da los primeros pasos, abre un camino al estilo de Domingo de Guzmán y Catalina de Siena, sigue adelante con el ejemplo y el apoyo de un dominico, el P. Cueto y nos deja una vida de entrega y servicio, de respuesta a la Palabra.

Muere a los 47 años, en su última fundación, La Palma, el 5 de enero de 1910, con la ilusión de América ya en el horizonte, siempre en búsqueda de nuevas fronteras.

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