El Padre Cueto, al ser nombrado obispo de Canarias, estudió la realidad con la que se iba a encontrar y una de sus mayores preocupaciones fue la educación de niñas y jóvenes en las islas, la atención a la mujer, ya que siempre tuvo la teoría de que una madre con formación haría todo lo posible para que sus hijos también estuvieran formados, de ahí que buscó unas hermanas que acompañaran su tarea e hicieran realidad su meta.
Buscar la mejor formación, su acompañamiento en el crecimiento como personas, encontrar caminos en la búsqueda de la Verdad y de las respuestas a las preguntas que se plantean los jóvenes sigue siendo uno de los fundamentos de la tarea pastoral que realizamos en los diferentes lugares en los que la Congregación desempeña su misión, haciendo hincapié en la atención a la mujer porque, tal y como decía la Madre Pilar “El cambio de la sociedad comenzará por la mujer”.
Después de más de un siglo de existencia, la Congregación sigue teniendo en cuenta los objetivos de los Fundadores llevándolos a cabo con los medios necesarios de cada momento y lugar.
