El Padre Cueto nos anima a hacer siempre todas las cosas “con belleza y dulzura”. Siguiendo su consejo nos ponemos en camino hacia Camerún tratando de descubrir, entre sus gentes, toda la riqueza de su cultura y aportando en todo momento, por nuestra parte, esa dulzura de vivir con ellos, sin más, aprendiendo y compartiendo el día a día.