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BODAS de DIAMANTE en nuestra CONGREGACIÓN


Hna. Irene Imaz Aruri

BODAS DE DIAMANTE EN NUESTRA CONGREGACIÓN

Hermanas y familiares de Irene Imaz Aruri, estábamos convocados para la mañana del día 4 de Agosto en nuestras instalaciones de San Francisco de Sales. El motivo era un acontecimiento muy especial que ya iba llegando día a día: la celebración de las BODAS DE DIAMANTE de Irene.
Con alegría recibíamos llamadas y comunicaciones desde las distintas Comunidades. Este acontecimiento tan especial nos unía a todas. Desde Bolivia, Pino Calderín expresaba, en un video, “el diamante eres tú, Irene”, Muchas Hermanas estábamos pensando eso mismo.
Y ese día 4, circulaba entre nosotras mucha emoción, mucho cariño, mucha alegría. Irene, acompañada de su sobrina Arene, su esposo Luis y de todas nosotras, vivía, con sencillez, transparencia, y grandeza de ánimo, cuanto iba ocurriendo en relación a su persona. Todo le parecía “demasiado”.
Las Hermanas del Yermo habían preparado, con inmenso cariño, Capilla y Celebración. El Padre Jesús Espeja había aceptado, con agrado y en nombre de tantos Dominicos de aquellos años de Salamanca, presidir y animar la Celebración Eucarística.
Ya, desde el inicio, María Jesús Castaño, Priora de la Comunidad, recogía la trayectoria de vida de Irene, con acento especial de sus años en Salamanca. En el transcurso de la Homilía, Jesús Espeja se refirió a toda la entrega del grupo de Hermanas que atendían a los Padres y destacó del modo de ser de Irene, su alegría, sencillez, su trasparencia, su capacidad de servicio. El rostro de Irene reflejaba cuanto iba viviendo en su interior: alegría, agradecimiento, emoción…..y llevándose las manos a la cabeza, expresaba que “todo era demasiado”. Las Hermanas expresaban desde sus vivencias, toda la grandeza de la personalidad de Irene. Arene, su sobrina, haciéndose eco de cuanto iba escuchando, reafirmó todo cuanto decíamos de su tía y cómo disfrutaban de su presencia cuando volvía para estar con ellos, y cómo la quieren todos los sobrinos.
En dos momentos de la celebración, cantamos en euskera, aportando algo propio de su tierra, el canto de paz y una acción de gracias.
Después, llegaron los regalos de las Hermanas que recibía asombrada y el video que le enviaban todos sus sobrinos, desde su País Vasco. No cabía en sí de alegría viendo tantos rostros familiares, escuchándoles a todos con atención y emocionándose con sus expresiones afectivas: “Tía Irene, te queremos mucho”.
Pasamos al comedor del Colegio Mayor y aquí continuaba la fiesta entre buena mesa, buena compañía y las canciones que iban surgiendo.
Todavía y en el día de ayer, domingo 6, Nieves y Johana se acercaron a la Enfermería y proyectaron para Irene y para todas, el video que las Formandas de Camerún, habían preparado para esta ocasión, las Bodas de oro. Irene se colmó de felicidad y de asombro, una vez más, por tanto cariño desde cerca y desde lejos.
Este momento de celebración, y sin ella buscarlo, hacía más visible, toda la plenitud de vida que Irene ha ido viviendo y reflejando. Gracias, Irene, por tu testimonio, gracias por tu admirable inteligencia, por tu sencillez, por tus ojos alegres, porque tu modo de ser despliega acogida y amabilidad.

María Teresa Bengoechea
Madrid, Agosto del 2017