Misión compartida
Religiosos y laicos, asumen la misión de EVANGELIZAR como opción de vida y fe, bajo la espiritualidad y el carisma de la Familia Dominicana.
En el Colegio de Vistabella llevamos mucho tiempo oyendo este término, en encuentros, reuniones… tratando de entender qué es, a qué nos compromete, hasta qué punto lo estamos viviendo ya… Muchos interrogantes.
Nos plantearon la posibilidad de ir a un encuentro en Madrid y con mucha ilusión fuimos Elvira y yo (profesoras del Colegio).
Compartimos algunas de las “cosas” que hemos escuchado y que nos han quedado más grabadas, aunque fue mucho más lo que recibimos, sabemos que en un papel, no se puede transmitir todo, especialmente la vida.
Recordamos que no debemos perder de vista que nuestra misión es EVANGELIZAR, y también algo que ya teníamos claro, que compartir la misión es algo más que compartir la tarea. Se trata de llegar a la corresponsabilidad entre religiosos y laicos. Pero además, compartir la misión implica compartir la vida y fe, con una espiritualidad y carisma concreto, en nuestro caso el de la Familia Dominicana.
Otro aspecto fuerte de la misión compartida es la formación común de laicos y religiosos, en la que nosotros también hemos dado muchos pasos, pero hay que seguir caminando.
En nuestro caso creemos que ya estamos viviendo esta misión compartida en muchos aspectos, aunque necesitamos profundizar un poco más en algunos. Tenemos momentos en los que compartimos vida y fe, pero necesitamos encontrarnos más para vivir y compartir lo cotidiano.
Para seguir avanzando en este “proyecto” hemos visto importante no olvidar el reconocimiento y discernimiento de la propia vocación, sabiendo en todo momento que no podemos perder cada uno nuestra propia identidad, nosotros como laicos y las religiosas como religiosas.
Dejando a un lado lo que puede “sonar a teoría”, tanto Elvira, M. Josefina, como yo, hemos disfrutado en este fin de semana de “pedacitos” de esa misión compartida en la Casa General (Amapolas. La acogida y el trato fue de familia
El compartir de la noche del sábado en la que cada una resumimos lo que habíamos vivido en la jornada, la opinión sobre lo que habíamos trabajado, nuestra experiencia y sentir. Estaban también las junioras, ellas también comunicaron lo que habían vivido en el curso que estaban haciendo.
La oración del domingo por la mañana con las hermanas de la comunidad.
Todo esto nos hizo estar seguras de que esta Misión Compartida está más cerca de nosotras de lo que creemos, que muchos lo vivimos y que se trata de potenciar lo que cada uno pueda y quiera dar, convencidos de que nos mueve a todos nuestro compromiso desde la fe.
Con mucho ánimo volvimos a nuestra “casa” a seguir intentando dar pasos que fortalezcan esta experiencia e intentar que sean muchos lo que se vayan uniendo.