El Hijo Pródigo

Fray Marcos:
El padre espera a uno con paciencia durante mucho tiempo, sin dejar de amarle en ningún momento; pero también, sale a convencer al otro de que debe entrar y debe alegrarse; demuestra así, en contra de lo que piensa y espera el hermano mayor, que su amor es idéntico para uno y para otro. El Padre espera y confía, que, los dos se den cuenta de su amor incondicional. Ese amor debía ser el motivo de alegría para uno y para otro. El descubrimiento de que somos el hermano menor y a la vez, el hermano mayor, nos tiene que hacer ver el objetivo de la parábola, que es llevarnos al Padre. Todos estamos llamados a dejar de ser hermanos, e identificarnos con el Padre como Jesús.