Noticias

Chikungunya


Mª Teresa Sancho DMSF comparte información sobre la Chikungunya, una enfermedad que está haciendo estragos en Venezuela.

Chikungunya

A la compleja y difícil situación socio-política y económica, le ha caído otra plaga a Venezuela: La Chikungunya. ¿Qué es esta denominación tan rara? “Chikungunya” es una voz del idioma Kimakonde que significa “doblarse”, en alusión al aspecto encorvado de los pacientes debido a los dolores articulares. Se trata de una enfermedad vírica transmitida al ser humano por mosquitos infectados. Además de alta fiebre y fuertes dolores en las articulaciones, produce otros síntomas, tales como dolores musculares, dolor de cabeza, náuseas, cansancio y erupciones cutáneas.
Como no tiene tratamiento curativo, el tratamiento se centra en el alivio de los síntomas: reposo, mucho líquido, analgésicos óptimos (acetaminofén)…y ¡paciencia!, pues suele durar su tiempo. No hay comercializada ninguna vacuna contra este virus.
La mayoría de los pacientes se recuperan completamente, pero en algunos casos los dolores articulares pueden durar varios meses, o incluso años. Se han descrito casos ocasionales con complicaciones oculares, neurológicas y cardiacas, y también con molestias gastrointestinales.
Las complicaciones graves no son frecuentes, pero en personas mayores la enfermedad puede contribuir a la muerte. A menudo los pacientes solo tienen síntomas leves y la infección puede pasar inadvertida o diagnosticarse erróneamente como dengue en zonas donde éste es frecuente.
La enfermedad se da en África, Asia y el subcontinente indio. En los últimos decenios los vectores de la enfermedad se han propagado a Europa y las Américas. Y ahora lo padecemos, a nivel de altos índices, en toda Venezuela. Es rara la familia que no tenga o haya tenido algún miembro afectado por la chikungunya. En el Colegio Santo Domingo de Guzmán, desde donde escribo estas letras, han sido afectados varios profesores y no han escapado al mal varias Hermanas de la Provincia.
Pero toda situación-límite gesta también algo positivo. En este caso, la solidaridad. En los barrios pobres, la solidaridad entre los vecinos es algo para resaltar. Una señora que vive sola, de pronto se ve acompañada por otra que le trae un caldito, algo de dinero de lo poco que tiene y, luego, es capaz de hacer una cola para conseguirle algunas pastillas de acetaminofén. En el Colegio, he visto mucha solidaridad entre los profesores/as. De pronto, una profesora tuvo que ingresar en una clínica y no faltó quien se ofreciera para acompañarla. Más tarde, fue visitada en su casa y, con mucho amor, se le ha hecho la suplencia en sus clases. Así hemos tenido hasta cuatro profesores/as con el mal. La gente ayudando a las hermanas y la ayuda recíproca de las hermanas entre sí. En la comunidad de Barinitas, de tres hermanas que son, dos han caído con la chikungunya.
Se ha gestado una Familia grande, la de los Hijos e Hijas de Dios que de verdad se sienten hermanos y hermanas y se fortalecen mutuamente ante la enfermedad y el dolor. Así recordaremos que la chikungunya es más que dolores articulares, podemos asociarla al vaso de agua con limón que te ofrece una hermana, un profesor, una vecina…A tantos gestos de cercanía. Por eso, no todo es malo en Venezuela. En los tiempos duros que corren esos gestos de solidaridad se deben a una gran reserva espiritual y no dejan de ser una gran esperanza de que el futuro puede cambiar y ser más promisor.

María Teresa Sancho D.M.S.F.