Taller de Predicación
Chile / Predicación / Jóvenes
Aqui va el compartir que queriamos hacer de la experiencia del taller de predicacion que tuvimos los dias 24 al 30 de agosto.

TALLER DE PREDICACION EN CLAVE DOMINICANA
Del 24 al 30 de agosto 2014 realizó en el convento de los dominicos de Apoquindo un “taller de predicación en clave dominicana” en el que participaron hermanos, monjas, laicos y jóvenes y nosotras Francimar, Yvonne y Nadège.
El taller en clave dominicana es un espacio de formación que ofrece Brian J. Pierce, op y su equipo a todos los que se sienten llamados a entregar a los demás algo de Dios.
Su propósito que era de dar a los participantes herramientas concretas para preparar y dar una predica se desenrolló entorno a la dinámica del “cerro” la cual requiere tres pasos fundamentales que son:
Silencio de la escucha: Aquí uno se encuentra al pie del cerro disponiéndose con manos y corazón abierto como María, (Lc1, 38) a acoger e interiorizar el mensaje divino. Reconoce su desnudez, su vacío, su pobreza para que Dios le hable desde lo que es. Este paso exige una lectura orante de la Palabra, el estudio de su con texto bíblico relacionándolo con la realidad actual.
Silencio del ver y del esperar: ahí al a la cumbre de la montaña la Palabra toma cuerpo en la persona porque el mismo Dios pone en sus labios, ojos y corazón lo que los demás necesitan para alimentar su alma. El mensaje se acerca a la realidad del pueblo y capacita para bajar del cerro y dar el paso siguiente.
Silencio de la predicación: solo después de hallar el tema central, dejar caer la lluvia de ideas, ordenar su casa usando su creatividad, ensayar y orar es cuando el predicador, con manos y corazón vacíos, pero llenos de Dios puede entregar al pueblo el fruto de su contemplación.
La formación que en su conjunto se apoyó en varios documentos de la Iglesia como Evangelii Gaudium, Puebla, Aparecida, los Evangelios, se desarrolló en métodos, temas, proyecciones, trabajo grupal y personal. Más allá de este intenso espacio de trabajo quedamos marcadas por la convivencia agradable que reinó entre los participantes, enriquecida por la creatividad de las celebraciones litúrgicas y eucarísticas y muy edificadas por el intercambio cultural que se hizo.
Al finalizar el taller se puede decir que cada uno revitalizó el celo por la predicación que nos caracteriza y como María Magdalena se comprometió, desde su realidad propia, a ser instrumentos de Dios para que el ministerio de la predicación sea el encuentro de Dios con su pueblo.