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Pascua de PILAR GARCÍA


26/1/1940 - 15/9/2017 "Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá" (Juan 11, 25-26)

Se despidió sin darnos tiempo a asimilar su Partida. El lapso de su enfermedad fue relativamente breve. Pero en sus designios divinos, Dios la encontró apta para formar parte de ese cielo nuevo y esa tierra nueva donde habita la Alegría.
Natural de Vitoria, ingresó en la Congregación siendo paradigma de Dominica Misionera de la Sagrada Familia. Pilar fue un regalo de Dios a la Congregación. Encarnó, de manera significativa, el contemplar y dar a los demás lo contemplado. Mujer de profunda fe, priorizaba la vida de oración y veía en ella el sustento de la predicación. Y de ella se alimentaba.
Si nos fijamos en su perfil humano, la percibimos acogedora, detallista, amante de la vida, pues disfrutaba con todo, muy responsable y con sensibilidad artística. Una persona que nos hace evocar las palabras del P. Cueto: Haced todas las cosas con belleza y con dulzura. Abierta, serena y muy amante de la Virgen María.
Su vida transcurrió entre la Península y las Islas Canarias donde se proyectó como docente, valorando mucho el carisma congregacional y siendo modelo de educadora. En algunos Colegios ejerció el cargo de Directora, en otros de Maestra, pero siempre fue querida, respetada y valorada por su perfil humano-espiritual y su cualitativa preparación profesional.
Su espíritu de búsqueda fue muy significativo, de manera especial en una etapa de su vida, cuando la vemos explorar nuevos caminos apostólicos por Torre Pacheco, Mérida y en la misión de Carabanchel con inmigrantes, preferentemente mujeres. Fueron años de mucha fecundidad apostólica, junto con la comunidad.
Mujer testimonial, hay personas que nos dejan el eco de lo que significó el compartir la misión educativa con Pilar. Tal es el caso del profesorado (“jubilosos”) del Colegio San José Dominicas de Las Palmas de Gran Canaria. Al enterarse de su fallecimiento, expresan lo siguiente:
“Gracias por comunicármelo. Fue mi primera directora. Así que gracias por su vida, por su ejemplo. Amén” (Ana Montes)
“Oh, sí que lo siento, también fue mi primera directora. La vimos aquí hace unos años que vino a saludarnos DEP” (Encarna Guerra).
“Gran persona y gran directora. Lo siento mucho. Daba gusto trabajar con ella” (Héctor Morales).
“¡Hola a todos!!! Cuánto siento el fallecimiento de la Madre Pilar!!! Fue también mi primera directora. Era excelente, gran persona y directora…DEP” (Mª Carmen Rodríguez).
“Siento mucho el fallecimiento de la Madre Pilar. La recuerdo muy bien. Rezaré por ella, aunque seguro que ya está con Dios” (Piedad).
“Descansa en Paz, madre Pilar: ¡Por tu saber estar, entereza y profesionalidad!!” (Esther Acosta).
“Mi recuerdo, y creo que el de todos los que trabajamos con ella es EXCELENTE, ENTRAÑABLE, RESPETUOSO y de gran CARIÑO. Consiguió eso de un profesorado que trabajó con ella a gusto y mucho. D.E.P” (Ángeles Trujillo).
“Siempre entrañable, cariñosa, amiga, respetuosa con todos…¡Cuánto dolor he sentido! (por lo inesperado)” (Pino Vega).


“Eso fue lo que hizo Pilar García. Derramó flores de sabiduría, humildad, responsabilidad, respeto, cariño…todo y más SIGILOSAMENTE. Nos enseñó a enseñar, sin estridencias, mandato altanero, pasando con firmeza, orden, disciplina…pausadamente, en voz baja. Aquí ha dejado su huella en nosotros para siempre”.
Que desde el cielo interceda por la Congregación, familiares, amigos y gente con la que compartió el itinerario de la vida.
María Teresa Sancho, D.M.S.F.