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Con la música celebramos 800 AÑOS DE VIDA


Experiencia de una profesora del Colegio Vistabella, con motivo a la celebración de los 800 años de la Orden de Predicadores

Parece que fue ayer cuando comenzamos el curso, y ¡ya se ha pasado! Hace ya unos cuantos meses que mi propuesta y la del centro se unieron en un mismo acorde para que la voz del colegio fuera una melodía que, lejos de desarrollarse de manera independiente, consiguiera hacerse presente en diferentes momentos del curso escolar con una base armónica perfecta.
Imagino que ya esto les suena a música, a canto, a voces, a ¡CORO!.

Ahora que la actividad ha finalizado, es un buen momento para hacer balance de los buenos frutos que hemos recogido en tan poco tiempo. Y digo "hemos" porque creo que no soy la única que se ha alimentado de esta cosecha.

Lo que en un principio pudo nacer de una necesidad profesional personal, se ha convertido en una gran experiencia de vida. Yo he tenido la oportunidad de realizar este trabajo hace algunos años en otros lugares, y para mí fue muy satisfactorio a nivel profesional. Sin embargo, aquí ha sido diferente gracias a ese componente de VIDA que nombré hace un momento.

No pudimos comenzar de otra manera que anunciando la Navidad, la llegada del Niño Dios. Fueron momentos mágicos, brillo en las miradas, sonrisas imborrables...inexplicable. Yo siento que los niños realmente lo vivieron de una manera tan especial que nos unió muchísimo más de lo que ya habíamos conseguido en los meses anteriores. Se hizo presente en esos días el apoyo y el cariño de mis compañeros, y de los suyos.
A partir de ese momento, todo esfuerzo nos pareció poco. Parte de las vacaciones de Navidad las dediqué a elegir repertorio para los meses siguientes. No había fechas señaladas por el momento, pero sí que no podía perder de vista el acontecimiento que enmarcaba este curso: el Jubileo Dominicano. Una de las características de los Dominicos es "la belleza y dulzura" con la que llevan a cabo todas y cada una de sus misiones y es por eso que "con un poco de azúcar" todo sabe siempre mejor, siendo este nuestro repertorio: Mary Poppins. También incluimos una canción sobre Santo Domingo, que sirvió para reafirmar nuestra tarea de evangelizar desde cada una de nuestras actividades.
Y así, después de prepararnos durante varios meses, aterrizamos en el Jubileo Musical de Dominicas Laguna al que fuimos invitados para compartir con el resto de los colegios nuestro gusto por la música.

Todo este año he podido disfrutar de la misión que comparto con la Congregación de una manera muy especial, pues he tenido la oportunidad de poner uno de mis dones al servicio de los demás, queriendo regalar a través de los sonidos, de la música y de mi voz la esencia de los valores dominicanos que yo he recibido y que trato de hacer VIDA cada día en el aula, en los grupos, en mi familia,...

¡GRACIAS POR PERMITIRME SER PARTE DE ESTE PROYECTO COMÚN, POR TENER LA SUERTE DE DESCUBRIR EL VERDADERO SENTIDO DE LA COMUNIDAD!

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