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Nuestra presencia en Santa María del Cerro


Reencuentro entre antiguos alumnos, familiares y profesores de la Fundación Victoria. Desde nuestra presencia en Santa María del Cerro, aportamos por una PASTORAL RURAL a través de la educación y la inserción entre las familias.

Hacia 1974, dando respuesta a la invitación que se nos hace desde el Obispado de Málaga, la Congregación de Dominicas Misioneras de la Sagrada Familia envía a un grupo de hermanas a Almogía para colaborar con la comunidad de Claretianos en la parroquia.

Desde el obispado, se nos comunica y pide si queremos atender una escuela que se encuentra a unos 12 Km. del pueblo. Aceptamos muy gustosas ya que nuestro carisma congregacional es la evangelización a través de la educación.

Tras casi cuarenta y dos años de permanencia de la Congregación de Dominicas Misioneras de la Sagrada Familia en la Escuela Santa María del Cerro, deseamos haceros llegar nuestro afecto más sincero.
Estos años han transcurrido en un largo periplo de cada una de nosotras por vuestra escuela,  casas, familias y lugares de ese tan entrañable lugar. Aunque parecen muchos, han transcurrido rápidamente gracias  a la confianza, generosidad y cariño que siempre nos habéis demostrado.

Nuestra presencia como Dominicas Misioneras de la Sagrada Familia entre vosotros siempre estuvo enfocada desde la misión pastoral y acción evangelizadora educativa en el medio rural.

Siempre nos hemos sentido llamadas a hacer de nuestra escuela lugar de evangelización,

Esto nos ha exigido unos compromisos que, en la medida de lo posible hemos ido intentando llevar a cabo, como son:
Tomar conciencia de la problemática en el mundo rural que se daba en aquellos tiempos y tratar de responder a sus intereses y necesidades.
Propiciar el paso a una formación y educación con sentido profundamente comunitario, pues “sin los otros, no seríamos nadie”
Hacer caer en la cuenta que, aunque vivíamos distanciados unos de otros, no estábamos ni vivíamos solos.

Partiendo del convencimiento de que “La escuela es lugar de presencia de Dios” siempre hemos pretendido compartir con todos vosotros estos valores que encierra el Evangelio.

Esto nos ha exigido siempre estar en continua actitud de escucha, de acogida y acompañamiento y abiertas al cambio.

SIEMPRE CONTANDO CON LA PARTICIPACIÓN DE LAS FAMILIAS.

Sin vosotros no hubiésemos podido llevar a cabo este proyecto. Erais y sois nuestro tesoro. Siempre hemos contado con vuestra participación, con vuestro acompañamiento. La confianza que habéis puesto en nosotras nos ha ido ayudando a llevar acabo nuestra labor educativa con vuestros hijos que es lo más grande que tenéis.

Hemos aprendido mucho de cada uno de vosotros y hemos compartido momentos muy felices y también lógicamente, otros más duros.
Queremos agradeceros haber  confiado en nosotras para dejar en nuestras manos   vuestro valor más preciado: vuestros hijos.


RESALTAMOS, el papel tan importante que habéis jugado aquí los padres y madres. De vosotros hemos aprendido que uno de los muchos valores humanos que enriquece el medio rural es la acogida y la generosidad, actitudes que han favorecido el enriquecimiento mutuo; estos valores han enriquecido nuestra vida personal y religiosa; hemos crecido como persona a vuestro lado.

Os damos las gracias porque los logros conseguidos en este camino, han sido de todos, porque han nacido de la colaboración y del trabajo común, teniendo como  única meta el bien y la mejor atención a los alumnos.

Y… SIEMPRE ABIERTAS A LA PARTICIPACIÓN QUE RECIBÍAMOS DEL ENTORNO.


Agradecemos, en primer lugar a La Fundación Victoria que siempre ha sido y es un impulso de crecimiento en nuestra labor educativa en todos los centros que la formamos.

A todos y cada uno de los compañeros y compañeras que, junto a ellos, hemos podido desarrollar nuestro proyecto educativo. Son muchos los maestros y maestras, directores, orientadores, logopedas… que han compartido con nosotras esta misión. Es imposible nombrarlos a todos porque se nos quedarían alguno en el camino. Hoy podemos contar con la presencia de alguno de ellos.

Sí me pueden permitir, el nombra a Lolita Ligero, persona muy cercana a nosotras en nuestros comienzos en esta escuela, y a nuestro querido Ángel, que ha sabido estar presente siempre y sobre todo, en estos momentos finales.

Agradecemos, también, al Consejo Escolar, al AMPA, a las Asociaciones de la barriada y al Patronato Deportivo y Cultural del Ayuntamiento de Villanueva de la Concepción su colaboración, pues sin la ayuda de estos organismos, nuestra labor no se hubiese podido llevar acabo. El haber podido contar siempre con ellos nos ha garantizado fortalecer la dinámica y convivencia del entorno escolar y, así, hemos podido llevar a cabo la realización de nuestra tarea educativa.

Ellos nos han favorecido el planificar encuentros, actividades extraescolares, programas de acción a nivel de alumnado, padres de alumnos y profesorado que han ayudado a ir fortaleciendo la educación hacia una buena y sana formación humana y social con un espíritu cristiano.

Siempre hemos intentado estar abiertas a todos los organismos y entidades que han incidido en la vida educativa (C.E.P. de Antequera, Patronato Cultural a través del teatro, deporte, talleres... Todos estos organismos encierran tanta vida que es imposible tenerlos en el olvido.

Sintiéndonos parte del entorno que nos rodeaba, pudimos ir participando y aprovechando los recursos que se nos proporcionaban.

Colaborando para que todo lo que íbamos trabajando, fuese camino para descubrir esos valores solidarios y pacíficos que favorecían nuestra vida social.

PALABRAS DE AGRADECIMIENTO

No tenemos palabras de agradecimiento por la acogida y el cariño con los que todas y cada una de las familias nos habéis brindado. Siempre nos hemos sentido en casa.
Os deseamos que tengáis todo tipo de éxito en vuestras vidas y que nos recordéis con cariño, como personas que contribuyeron a esa grandiosa tarea de educar

A la Congregación de Dominicas Misioneras de la Sagrada Familia, por habernos dado la oportunidad de haber vivido este proyecto provincial en tan querido lugar.

Gracias a todos los que, hoy aquí, habéis querido compartir este momento entre nosotros, no hay un adiós sino un hasta siempre, pues ya sois parte de nosotros.
Petri Peloche