Visita al monasterio de dominicas « Madre de Dios »
Camerún / Vocacional
Fortaleciendo los lazos de la Familia Dominicana en Camerún
El lunes 14 de junio, desde muy temprano nos pusimos en camino toda la comunidad, la hermana Ascensión, Patty, Nadège, Judith, Yvonne, Olive, Joséphine y Diana, para visitar a las hermanas de clausura del Monasterio Madre de Dios, situado al oeste del país, en Toumi.
Antes de llegar al lugar nos detuvimos en la gran ciudad de Bafoussan para hacer algo de turismo y descubrir esta ciudad del oeste, que varias no conocíamos. Así pudimos entrar a la Catedral y también estuvimos en un Santuario a la Virgen de Lourdes en Doumelong, allí comimos unos ricos “bocatas” y tomamos unas cuantas fotos de recuerdo, pues el lugar era muy bonito.
Llegadas al Monasterio, en Bamendjou, lo primero que nos acogió fue una paz y un silencio impresionantes. El lugar está bastante enclavado, con una ruta que si llueve, la llegada se hace casi imposible.
Después de instalarnos en nuestras habitaciones, tuvimos un momento de diálogo con toda la comunidad de las monjas, donde lo primero fue presentarnos y luego formulamos las preguntas que teníamos sobre este estilo de vida que nos era desconocido.
Después de este tiempo de intercambio de experiencias venían las vísperas y luego una hora de adoración. Estos largos tiempos de oración fueron una nueva experiencia para nosotras, como postulantes. La jornada terminaba con las completas con aspersión de agua bendita durante el canto de la Salve.
Al día siguiente, el martes 15, después de la oración de Laudes y la misa que comenzaron a las 5 y media de la mañana, un rico desayuno y luego nos fuimos a descubrir la misión de los hermanos “Escolapios” y de las hermanas “Cruzadas de la Iglesia”. Ambas misiones muy vastas, y muy interesantes.
Al regresar al monasterio una rica comida nos esperaba, y por la tardecita otro momento de encuentro con nuestras hermanas, pero esta vez luego de las preguntas que aún teníamos, pudimos ofrecerles un bonito momento de fiesta, así que juntas cantamos y bailamos al ritmo de música tradicional, así como del Magnificat. Fue un momento muy rico para nosotras, vivido desde la fraternidad, la alegría y el agradecimiento a Dios por la vocación de cada una.
El día miércoles, rezamos y después del desayuno fuimos al locutorio para despedirnos de las hermanas, era tanto lo que teníamos para decirnos, que las despedidas no terminaban…qué hermosa es la fraternidad, era como si nos conociéramos de toda la vida…de allí y bajo una lluvia torrencial que hacía del camino una ruta un poco complicada, volvimos al mundanal ruido de Yaundé, nuestra querida pero bulliciosa capital.
Gracias de corazón a las hermanas que con tanto cariño y sencillez nos acogieron y nos compartieron los secretos de su vida. Gracias también a nuestra comunidad que nos permitió esta visita de tanta riqueza para nuestro discernimiento vocacional y nuestro camino de integración a la gran Familia Dominicana.
Judith y Joséphine